“No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente” -Virginia Woolf-
Si reducimos el 8 de marzo a una fecha festiva para hacer regalos rosados, no estamos entendiendo el mundo en el que vivimos, que afortunadamente, con los años se ha vuelto más ecuánime, aún está bien lejos de ser justo.
Nos enfrentamos a una realidad dolorosa y decepcionante, sin dudas, pero es hora de entender y asumir esta sinrazón, porque de lo contrario este presente marasmo de cordura, de razonabilidad nos devorará como un monstruo
Cierra los ojos y espera… mientras hierve el agua y los sentidos se elevan y a un sencillo segundo de distancia, intensidad y tiempo, minutos largos como siglos, y es la poesía de los sentidos en el perfume de una taza de té…
Por estos días y ya casi es constante y permanente que estamos viendo desde un lugar privilegiado como en la primera fila y permitiendo el espectáculo del periodismo actual. Que deja mucho que desear por cierto
Aquel carnaval, pues, yo iba a conseguir por primera vez en la vida lo que siempre había querido… iba a ser otra aunque no yo misma.
No hay políticas de largo plazo, de cuyos resultados se beneficiarán y gozarán generaciones futuras y esto lleva a la paulatina destrucción de los bienes y recursos del Estado.
Se está creando un ciber proletariado, una generación sin datos, sin conocimiento, sin léxico, se están creando personas con pensamientos prestados, manipulables, sin intereses para sí mismos…
… y ella apareció… vestida con un delantal de algodón amarillo y alpargatas de lona, con su salterio bajo el brazo encendida por la fiebre del amor.
Durante las primeras confesiones de un amor que comienza, un hombre trata de encontrar las palabras para explicar la historia de su primer beso.