Los activistas políticos, dedicados a esa inútil y afanosa habilidad que Albert Camus ridiculizó en el mito de Sísifo, olvidan que no es lo mismo saber la verdad que decirla.
Hemos llegado allí donde ellos querían tenernos: la dictadura. Temerosos, inseguros de nosotros mismos, consentimos, incluso aplaudimos cualquier medida encaminada a la construcción de un "todo va bien" ficticio.
El periodismo pornográfico no ahonda en las motivaciones ni en la complejidad del ser humano, y que nunca se ha preocupado de cómo y por qué dice lo que dice utilizando un lenguaje cada vez más envilecido y puramente instrumental.
Nos encontramos ante una crisis muy profunda, sin el menor prestigio en el exterior, en el mundo, ninguneados más allá de lo que merecemos… ¿o en realidad lo merecemos?
Cuando la voluntad de ser libre se atrofia, y quien renuncia al ejercicio de su responsabilidad, pierde muy buena parte de su libertad… o toda
¿Acaso los argentinos se han habituado a vivir con un mal Estado de partidos que los aborrece y los destruye?
Es necesario meditar sobre nuestros políticos en estos días turbulentos de manifestaciones y juicios, para saber con quién nos estamos jugando los cuartos de final a ciegas.
Es tiempo ya que se acabe el mito, los mitos; que se desintegren los tabúes, es posible que sea el camino que conduzca a la libertad de la Nación, su pueblo y ciudadanos.
Cuando se pretende y se imponen soluciones a personas cuyos contextos no se entienden ni importa entenderlos se puede y de hecho se hace mucho, muchísimo daño con esas “soluciones”.
Se quiere dejar de ser súbditos, se quiere iniciar y recorrer el derrotero día a día como ciudadanos de derecho pleno? O es más fácil, más cómodo dejarse someter?
Lobos Magazine