En el mundo más poblado e interconectado que ha existido, hay gente muriendo en la calle en quien nadie repara y gente muriendo en su casa en quien si se repara, es por el hedor que desprende su cadáver.
“Ana empieza a sentir una extraña felicidad, el ladrón le parece atractivo…”
La izquierda contemporánea es una orgía permanente de santurronería, de autoerotismo moral.
…por fin, los compradores, tras larga charla, besan la mano de la boticaria e indecisos... salen de la botica. Ella corre a su dormitorio y se sienta junto a la ventana. Ve cómo el teniente y el doctor, al salir de la botica…
Vemos cómo distintos partidos políticos alzan banderas vinculadas a una “ausencia de derechos” o la insatisfacción de demandas sociales con un mensaje radical que pretende, dividir a la sociedad y desgastar las instituciones.
La Casa Tomada es la casa que actúa como prisión de los hermanos, como los grilletes que tienen por los recuerdos y la melancolía, su zona de confort que les impide avanzar y evolucionar en la vida.
Los problemas empiezan cuando se fragua una velada alianza entre informadores y políticos para manipular a la opinión pública.
Los activistas políticos, dedicados a esa inútil y afanosa habilidad que Albert Camus ridiculizó en el mito de Sísifo, olvidan que no es lo mismo saber la verdad que decirla.
Y nada sucedía. Rezaba mucho para que algo bueno le sucediera. En forma de hombre…Y sucedió realmente…
Las élites actuales llevan mucho tiempo sobresaliendo por sus ataques al conocimiento, les sirven de excusa, de coartada para mantener bien acotado el campo intocable de sus prerrogativas.