En cuenta regresiva al ballotage, y a la hora de especulaciones, el conglomerado de la marca en extinción de Juntos por el Cambio; y el caudal acumulado el domingo pasado 22 de octubre es la gran incógnita… y a la pregunta ¿la coalición forzada de JxC le aportará votos a Massa o ya lo hizo?
Veamos, la coalición de la marca Unión por la Patria obtuvo en las PASO, las primarias, del pasado agosto el 27% sumando a este total los votos obtenidos por Grabois. Este domingo 22 el ministro candidato trajo en sus redes de pesca el 36%, y sin mencionar que más de un voto de Grabois (casi un 6%) es muy seguro que se le haya escapado hacia esa cosa llamada “la izquierda”, obviamente por la diferencia de perfiles de ambos candidatos, aunque esto es la Argentina señores. Y todo esto más allá del “nefasto aparato” y “el plan platita”, es decir el incremento porcentual obviamente tiene que explicarse también con otras razones.
Tenemos que por el lado de Juntos por el Cambio ha habido una merma de un 4% de los votos. Así, Patricia Bullrich pudo crecer de su 16% de las PASO, pero no logró capitalizar la totalidad de aquel 11% obtenido por Rodríguez Larreta, un actor político técnicamente perteneciente a la marca PRO, pero totalmente afín y socio de lo que se conoce hoy día como radicalismo. Y entonces otra pregunta más ¡adónde se fueron esos votos? Podemos decir que seguramente se fueron algunos hacia el cordobés Juan Schiaretti, puede ser, pero también muchos otros hacia el ministro candidato Sergio Massa.
Y ahora ante el próximo ballotage Massa – Milei, muchos analistas tienen el interrogante acerca de cómo será el voto del electorado de esa cosa que se dio en llamar Juntos por el Cambio en este último tiempo, ya que antes fue Cambiemos, y que quedó relegado a un tercer lugar el domingo pasado con un 24 % de los votos. Ahora bien, si se aplica un método simplista de aritmética lineal cuyo motor es el “antikirchnerismo” digamos, entonces el candidato de lo que se dio en llamarse La libertad Avanza, éste supuestamente no tendría ningún problema en omponerse de manera muy cómoda ante el rival del oficialismo actual, el ministro candidato Massa… pero, siempre hay un pero sí, y es que si el voto se divide, tenemos un panorama que puede oscilar entre “difícil” e “imposible” para el candidato de La Libertad Avanza.
Ahora bien, si analizamos las eventuales divisiones del caudal de votos conseguidos por Bullrich el domingo pasado, vemos comentarios de dirigentes radicales como Facundo Suárez Lastra (habría que definir la palabra dirigente en estos casos, pero lo dejamos para otra nota), y por otro lado nos encontramos con el llamado “voto en blanco” que propone por ejemplo la señora Elisa Carrió que lidera una de las marcas que conforman eso de Juntos por el Cambio; y estos mensajes o expresiones hacen pensar que Massa la tendría más fácil que Milei, ¿y esto por qué?, bien, porque si el resto de los votos se divide, incluso en tres partes iguales entre la marca Unión por la Patria-Massa; el liberalismo La Libertad Avanza-Milei , y por último el voto en blanco, nos encontramos con que al haber salido primero por 6 puntos de diferencia, el ministro candidato Massa se convertiría en presidente.
Ahora bien, más allá de lo impreciso tal vez de todos los análisis, es posible que la pregunta acerca de si lo que es hoy la Unión Cívica Radical se podría ir con Massa no sea la más adecuada para hacerse. Y la más puntual y lógica pregunta sea si la UCr no se fue ya con Massa hace rato. Y no hace falta ser un vidente ni gurú ni nada de eso para dilucidar este “acertijo” no se necesita traficar información de los “prestigiosos políticos argentinos”. y sólo con observar, con escuchar, con ver todo lo ocurrido durante la campaña.
En todo esta etapa, bien a la vista estuvo todo este tiempo, los locales, los comités de la UCR, y al menos en Buenos Aires, en la ciudad y la provincia, han mostrado una curiosidad inédita en materia electoral. Y fue que definida la interna, las PASO, con Bullrich como candidata a presidente y Jorge Macri como candidato a la jefatura de gobierno y así replicado en infinitos lugares, lo cierto es que los “comités” radicales no exhibieron ni una foto de los candidatos. Y entonces una pregunta simple ¿en quepaís del mundo se ha visto que un partido político en una coalición no exhiba ni una mísera fotografía, de sus candidatos postulantes a los cargos ejecutivos a nivel nacional, provincial y municipal en un período electoral? Seguramente en ninguno.
Y con este interrogante solo bastó recorrer sin prisa, visitar algunos de estos locales partidarios y preguntar y tener respuestas en voz baja que no iban a votar ni a Bullrich ni a Macri, esto en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, y esto se repetía en varios muchos pueblos y ciudades, y lo central y revelante ante la pregunta ¿a quién votan entonces?... “bueno a otros” era la respuesta y la suposición coincidía con tímidas confesiones: “a Massa y a Santoro”, esto en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, que se replicaba en todos lados.
También tenemos más. La jornada electoral del domingo pasado tuvo otra particularidad inédita. Siempre el común denominador de las jornadas electorales en argentina ha sido la presencia del fiscal de la UCR, siempre. El fiscal radical, ese personaje histórico casi de la defensa de la democracia, por lo menos en el contexto de su autopercepción y lo que irradia, y por supuesto de la histórica y tradicional “Lista 3”. El fiscal, ese personaje que hoy ronda entre los 50 y más de 65 años, de vastísima experiencia y calle en fiscalizar, de pasada “juventud alfonsinista” y también de moderadas posiciones ideológicas. Quienes han sido autoridades de mesas electorales o fiscales o lo que se llama militantes políticos han conocido a estos amables personajes de la vida política, al menos cuando la política tenía algo de nobleza, de sentido común, y que están siempre y aparecen en cada comicio tenga o no posibilidades reales el radicalismo de hacer una óptima elección, pero esta última elección era otra la imagen…
Es muy importante señalar que lo que se llama radicalismo, más allá de su estructura en todo el páis, no cuenta ya con un caudal importante de votos fuera del propio microclima de los afiliados directos “militantes”. Veamos. La última vez que la histórica Lista 3, que fue la que llevó en 1983 a Raúl Alfonsín a la presidencia en los albores de esta democracia actual. Luego de eso sólo se presentó en una elección presidencial en 2003 con el candidato de ese momento Leopoldo Moreau, quien hoy navega las aguas de lo que se conoce como “kirchnerismo” junto a Massa (digamos que lo de Massa por el momento nomás), y en ese entonces esa Lista 3 obtuvo apenas un 2 %, paupérrimo. Años más tarde, en 2007, la UCR partici´´o en una fórmula “radical-peronista” digamos, con Roberto Lavagna, ex ministro de economía de Duhalde y de Kirchner (hoy alineado con Massa), y con Gerardo Morales como vice, un íntimo amigo de Massa y actual presidente de eso que es hoy la UCR, esa coalición de entonces “Una Nación Avanzada” obtuvo un 16% de los votos, terceros en esa elección.
Y el lento y patético derrotero siguió en 2011, cuando la sra. Cristina Fernández obtuvo la presidencia con el 54% de los votos. En aquel entonces Ricardo Alfonsín,el hijo del ex presidente Raúl Alfonsin, encabezó otro frente heterodoxo, cabe aclarar que es muy difícil encontrar otra palabra para describir el término “rejunte” , así que usamos la antigua palabra heterodoxo. Y esa coalición no le permitió a Alfonsín hijo, más allá del tercer lugar, donde arribaron arañando un 11%. Y otra pregunta más ¿Dónde está ahora Ricardo Alfonsín?: pues en la Embajada argentina en España, miembro del gobierno del presidente desaparecido en inacción el sr Fernandez, hablando pestes del candidato de La Libertad Avanza y de sus “correligionarios” que están en eso que es Juntos por el Cambio.
Asi las cosas y concluyendo, podemos hacer un poco de memoria, leve muy leve, y tenemos que la última vez que “un radical químicamente puro” Ernesto Sanz se presentó en la carrera a la Casa Rosada fue como precandidato en las PASO de lo que se llamaba Cambiemos entonces en 2015, y que ganó cómodamente Mauricio Macri. En esa elección primaria Ernesto Sanz, obtuvo un magro 3%, apenas unas décimas por encima de la última aventura presidencial de otro radical entonces de Moreau en 2003, hoy convertido en fanático no amateur de lo que se llama kirchnerismo.
Asi que, mirando todos estos números y datos en retrospectiva, y repasando los perfiles y afinidades, sin ahondar por supuesto, de los “dirigentes” radicales, llegamos a preguntarnos dos cosas, una: ¿se irá o ya se fue hace rato el radicalismo con Massa? y por sobre todas las cosas la otra pregunta es: ¿ de cuántos votos estamos hablando a nivel nacional?... de pocos, muy pocos.
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