“A la Maga le encantaban los líos inverosímiles en los que andaba metida siempre por causa del fracaso de las leyes en su vida. Era de las que rompen los puentes con sólo cruzarlos…”
El 28 de junio de 1963 se edita y publica por primera vez en Buenos Aires por la Editorial Sudamericana de Buenos Aires
Se cumplen 60 años de la publicación de Rayuela, la "antinovela" que tiene muchas formas de ser leída
A seis décadas de la publicación de la obra más importante de Julio Cortázar. Algunos de los rasgos más particulares de Rayuela. En esta breve reseña. No si antes dejar aquí algunas cosas tan frescas, cercamente lejanas, de cómo me llega Cortázar, cómo se me aparece, con apenas unos 15 años, en una librería chiquita toda de vidrio, en la siempre melancólica Galería Spinosa en Lobos, la Librería Santamarina, Libreria y Editorial Santamarina su nombre completo, allí donde continuábamos charlas de clase de literatura con quien fue uno de mis más recordados profesores Osvaldo Di Santo y el dueño y artífice de esa librería el recordado Pato Lacoste, era vivir un privilegio el poder escuchar de bocas de esos dos docentes e intelectuales genuinos, lo último de lo que se editaba en Argentina y lo que podía llegar de afuera, en pleno auge del boom de la literatura latinoamericana; y también en esas imágenes, idénticos aprendizajes a pocos metros de ahí, en la Biblioteca Capponi, como una continuación de satisfacer esa avidez y adicción de letras, con esas recomendaciones pausadas, mesuradas, elegantes de dos caballeros de entonces don Mario Derosa y don Julio Derosa, a cargo por entonces de la biblioteca todos los días de entonces y sus recomendaciones y de todo lo nuevo que llagaba por esos días.
Cuando Julio Cortázar se fue a vivir a París, ciudad de sus sueños, tenía 37 años y un libro de cuentos, Bestiario, como únicas posesiones. Una beca de literatura del Gobierno francés le pagó el viaje de ida desde Chile. Pero había que mantenerse después de nueve meses, lo que hizo como traductor de una editorial y de la UNESCO.
La penuria económica avanzaba en paralelo a su conversión en definitivo escritor, una vez decidido a serlo sin decidirlo, porque escribir era para Cortázar como vivir. Trabajaba por poco dinero para vivir y para escribir, que al fin eran las mismas cosas.
Hecha de retazos
Un poco sin rumbo, sin dirección precisa, como Rayuela, el destino final de todos los cuentos reunidos en varios volúmenes a los largo de esa primera década parisina, desde el citado Bestiario, pasando por Las Armas Secretas, hasta Historias de Cronopios y de Famas, de 1962, preámbulo de la publicación un año después de su obra caprichosa y descomunal.
El Boom de Cortázar y de algunos más. Rayuela es una obra literaria hecha de retazos, un “patchwork”, para ir leyéndola dibujo a dibujo, casilla a casilla escrita con tiza sobre todos los suelos del mundo.
Rayuela es un juego de cuentos para encontrar algo que nunca se encuentra, escondido entre la vanguardia, como maleza, de sus páginas. La historia de amor metafísico de Horacio y La Maga a través de 155 capítulos que el autor obliga a seguir por su propio itinerario o por otro. “Del lado de acá” o “Del lado de allá”; en primera, en tercera persona o como narrador que participa.
París y Argentina. Amor, humor, surrealismo... la “contranovela” la llamó el autor como si una fuerza superior, íntima, le impidiera trascender de modo natural a la novela convencional, superarla tras Los Premios. La novela escrita en parte en un idioma inventado, el “gíglico”, que no gustó a una crítica pasada de pacatería en esa época, y sí a los jóvenes fascinados por el cuento infinito de Cortázar y sus infinitas sobre-lecturas espaciales.
"Rayuela" es un espejismo de la vida misma: idas y vueltas, lazos que se rompen y entrecruzan provocando que el destino se pierda, o no siquiera se conciba. Así, casi nunca, porque irónicamente siempre hay una excepción, el destino se corresponde a lo esperado. La segunda novela del escritor francés con nacionalidad argentina Julio Cortázar, es eso: una obra que habla de una historia de amor que no tiene ni principio ni fin, ni derecha ni izquierda, ni un marco que lo sostenga, o lo limite.
En las primeras páginas, Rayuela, obra literaria publicada un 28 de junio frío y lluvioso aquel 1963 por la Editorial Sudamericana de Buenos Aires, posee un índice donde propone una forma de ser leída, un "vení, podés ir por acá si te apetece". No obstante, también se encuentra abierta a ser leída a través de un libre albedrío que no responda a un orden establecido. Si, también es posible leerla de forma consecutiva pero, según el autor, no se contemplaría las historias personales de los protagonistas.
Con más de 150 capítulos, cuatro formas distintas de ser leídas y capítulos "de más" según el autor, a 60 años de su publicación, recordamos a Rayuela, la obra que significó un cambio en el paradigma literario argentino.
Rayuela, la "antinovela" de Cortázar que fue un boom latinoamericano
Con la traducción a más de 30 lenguas y personajes emblemáticos como "La Maga" y "Horacio", Rayuela fue considerada por el ambiente literario y en el contexto de la década del 60, como una "antinovela" o una "contranovela", llamada así por su propio autor y por su experimentación narrativa. De esta manera, su publicación se constituyó como un "boom" literario.
La aparición de Rayuela, hace 60 años, puso al escritor argentino en el radar de miles de lectores y lectoras. La novela fue uno de los mascarones de proa, junto a Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, de esa inaudita explosión de creatividad y ventas que fue el “boom” latinoamericano.
“¿Encontraría a la Maga?”, se lee en el intrigante comienzo de una aventura estética novedosa (Cortázar sugería cuatro formas de lectura) que además implicó, para varias generaciones, un shock existencial. “Rayuela justificó nuestra rebelión en un momento en el que todas las ideas estaban en conmoción”, señalaba alguna vez el sociólogo cordobés Héctor Schmucler, autor de un ensayo pionero y decisivo sobre los desafíos y las transformaciones que proponía la novela.
De esta manera, con 155 capítulos, el libro presenta las siguientes formas de ser leída, -y todas las maneras que se le ocurra a los lectores-
Una lectura convencional, de principio a fin.
Una lectura semi-convencional que propone una lectura del capítulo 1 al 65, sin tener en cuenta el resto.
El orden que el lector desee.
Una lectura que altera de capítulo en capítulo según las indicaciones especiales del autor. Cortázar denominaba a esta forma como "collage".
Rayuela es un libro que expresa el juego y la actividad lúdica que experimentó Cortázar cuando escribió la novela. Podría realizarse una mirada superficial, por arriba del libro y afirmar que Julio sólo escribió una sumatoria de cuentos. Sin embargo, el escritor argentino utilizó el lenguaje de una forma inesperada: párrafos cortos fundamentales, largos pero prescindibles; frases en otros idiomas; palabras con falta de ortografía y articulaciones sin sentido.
Rayuela fue un episodio de contagio hacia zonas vitales que pocos libros producen. Se leyó, al menos durante un tiempo, como un mapa para recorrer los territorios del amor y la revolución. Para otros, fue la utopía y el exilio. El dibujo de anhelos o desesperaciones latinoamericanas calcado sobre París. El sexo. El juego.
Cómo se lee hoy la historia de la Maga y Horacio, y dónde podría ubicarse la figura de Cortázar, son dos interrogantes que Juan José Becerra incrustó en su novela ¡Felicidades! (2019). “Cualquiera que haya leído Rayuela en su juventud sabe el tipo de fiebre que produce -señalaba el narrador-. Una fiebre vitalista, improductiva, arbitraria, gratuita. Lo que les dice Rayuela a los jóvenes lectores es ¡Vivan!”.
¿Quedará alguien por ahí capaz de escuchar ese grito?
¿Ya has leído Rayuela o estás a tiempo de perderte en ella?
José Luis San Román
28 de Junio 2023 Lobos, BA, Argentina
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EDITOR: JOSÉ LUIS SAN ROMÁN
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