“La finalidad del feminismo simplemente es que deje de existir”
Feminismo y sistema patriarcal
Los Movimientos feministas y su lucha por la eliminación del Sistema Patriarcal. Violencias. Trabajos de cuidado y feminización de la pobreza
Por Verónica J. Jongewaard de Boer
Este ensayo se propone poner de manifiesto la continua lucha de los distintos movimientos feministas y sus distintas corrientes, por erradicar un Sistema opresivo y de explotación enraizado en todos los ámbitos de la vida: el patriarcado. Éste, no ha generado más que desigualdades por razones de género las cuales persisten en la actualidad.
El trabajo permanente por la incorporación y el respeto de los derechos de las mujeres, ha hecho visible a través de la participación pública y democrática en la vida política, las desigualdades de género, estructurales en la Sociedad. Estas desigualdades se reproducen y se sostienen en el Sistema patriarcal del cual somos rehenes. Desarmarlo, ha sido y sigue siendo para todos los movimientos feministas, un hacer continuo en pos de lograr la igualdad de género, en un sentido real, que refleje la igualdad como no discriminación y justicia social.
Comenzamos recordando los distintos movimientos feministas desde el Siglo XIX hasta nuestros días.
En esto, encontramos dos importantes movimientos:
El Feminismo Moderno (fines del siglo XIX hasta mediados del siglo XX), y Feminismo Contemporáneo (1960 hasta la actualidad).
El Feminismo Moderno
Surge a la luz de la Revolución Francesa, con una participación muy activa por reclamos políticos (mujeres sufragistas). Las mujeres eran excluidas de la vida política por la cultura occidental. Continúa la lucha, a la sombra de los grandes movimientos sociales que tuvieron lugar en el siglo XIX: el socialismo, el marxismo, el anarquismo y por supuesto, el movimiento sufragista.
La Revolución Francesa no cumplió con sus demandas y las mujeres aprendieron que debían luchar en forma autónoma para conquistar sus derechos, por la igualdad de la inteligencia y la reivindicación del acceso a la educación primaria y secundaria. Este debate se da en Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Las mujeres exponen sus ideas sobre el derecho natural, la justicia y la democracia, en conexión con las nuevas corrientes del individualismo liberal y de la Ilustración, dando lugar al feminismo liberal que se ocupará de ampliar los derechos legales, políticos y laborales de las mujeres de la clase media. Sus conquistas más importantes son las mejoras de la legislación sobre la propiedad en el matrimonio, el acceso a la educación y a las profesiones, mayores oportunidades de empleo y de participación de las mujeres en el gobierno y en la vida pública. Las mujeres entienden, que el acceso a la educación es fundamental para la igualdad de derechos y oportunidades. La educación igual a ambos sexos se podría estimular y permitiría desarrollar el potencial de cada persona. Están convencidas de que tanto mujeres como hombres deben gozar de libertad para decidir cuáles deben ser sus funciones políticas, sociales y educativas, en igualdad de condiciones y que es necesario abolir todas aquellas tradiciones, actividades y leyes que impiden la igualdad de derechos y oportunidades.
En el siglo XX se efectiviza la incorporación formal de las mujeres en la vida Política; se convierten en ciudadanas, tienen posibilidad de voto, son portadoras de los derechos políticos y ejercicio del sufragio. Adquieren así, la posibilidad de ser elegidas para ser ciudadanas como pertenecientes a la comunidad política.
Diana Maffia en su trabajo “Feminismo y epistemología: un itinerario político personal”, describe con claridad: que con el surgimiento de la ciencia moderna se produce una separación entre el conocimiento derivado del dogma religioso y el conocimiento que se construye a partir de las experiencias, las nuevas comunidades de producción de saberes van a excluir precisamente a los mismos sujetos dominados y subalternizados durante siglos: las mujeres, los afrodescendientes, los indígenas y los pobres serán excluidos de la ciudadanía, de la educación y de la consideración pública, poniéndolos al servicio de los sujetos dominantes que no nombran sus condiciones porque las comparten: son varones europeos, blancos, ricos, que crearon las instituciones del Estado moderno a la medida de sus intereses y punto de vista.
Maffia va a identificar el “arquetipo viril” y categorizar ese punto de vista que el feminismo llamará “androcéntrico” (porque no es meramente masculino, muchos varones quedarán fuera de esta institucionalidad). El resto de los sujetos sociales estarán al servicio de esa construcción y deberán atenerse a sus normas o serán reprimidos y castigados. El argumento para dejar fuera de la ciudadanía a tantas personas, lo proporcionaba la ciencia, un saber inapelable por su rigurosidad, que reducía su comunidad epistémica a los mismos sujetos que concentraban el poder, comunidades atravesadas por sus propios valores”
Me pareció interesante referir a este trabajo, para poder comprender por qué nuestra Sociedad es ANDOCENTRICA.
El Feminismo Contemporáneo
Surge en los años 60 en los Estados Unidos de Norteamérica al aparecer el Women’s Liberation Movement (WLM), que, con basamento en las teorías marxistas, entiende que la sociedad está compuesta por un sistema de sexos y clases sociales. Esta idea lo lleva a estudiar el papel de las mujeres en las organizaciones políticas y a impulsar su propio movimiento de liberación. En esta época se destaca el Feminismo radical (1967 y 1975 E.E.U.U.).
Se lucha contra la visión de la mujer como estereotipo sexual en los medios de comunicación, en el arte y en la publicidad. Los años 50 definían un tipo de femineidad, de la que se hacía propaganda tanto en la televisión como en el cine.
En los 60 y 70 las mujeres reflexionan sobre estos modelos y se enfrentan a ellos.
Aparece por ese entonces, una de las más importantes luchadoras de los derechos de las mujeres “Simone de Beauvoir”.
Este movimiento va a pedir la abolición del patriarcado: se toma consciencia de que es la estructura social la que provoca desigualdades y jerarquías que benefician que benefician a los varones. Pone énfasis en la idea de que "lo personal es político" y el debate se centra en la sexualidad femenina, la salud femenina, la violencia contra la mujer, el aborto etc.
Podría decirse entonces que la mirada del movimiento del feminismo radical, va a estar puesta en desarmar el sistema patriarcal, que no sólo oprime y domina a mujeres de distintas etnias, edades, clases sociales, sino también a hombres que resultan oprimidos y excluidos por el sistema capitalista.
Durante el período 1980 a 1990, adquieren relevancia las diversidades, el multiculturalismo, la solidaridad femenina y el debate, cada vez más intenso, entre diferentes corrientes del feminismo.
Se pone el acento en la posicionalidad, multiposicionalidad e intersectorialidad.
Prevalecen esfuerzos de las mujeres de color, judías, lesbianas; se va construyendo una identidad no normada.
El Feminismo de los años 70, es el feminismo de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. No discute la jerarquización.
El feminismo de los años 80, es el Feminismo de la diferencia. Exalta cualidades femeninas. Lo subjetivo y lo privado pertenecen a lo femenino, porque lo objetivo y público pertenece a los hombres.
El feminismo de los años 90 es el feminismo de lo crítico. Discute la jerarquización, lo público, lo privado, lo objetivo, lo subjetivo.
No quiero dejar de mencionar el feminismo institucional, aquél de entreguerras.
Tras el Informe Mundial sobre el Estatus de la Mujer, realizado por la Liga de Naciones, la situación de la mujer fue asumida por los organismos internacionales.
En 1946, se crea al amparo de Naciones Unidas, la Comisión sobre el Estatus de las Mujeres. Hasta entonces, el feminismo se había desarrollado alejado del poder. A partir de este momento, tienen lugar distintas conferencias mundiales de la ONU sobre la Mujer: en México (1975), Copenhague (1980), Nairobi (1985), Beijing (1995) y Nueva York (2000).
Comienza a escucharse la voz de la mujer
No podemos dejar de destacar que existen numerosos informes e instrumentos internacionales como:
1. Convención sobre la Eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer (CEDAW), aprobada por Naciones Unidas en 1979, ratificada por Argentina en 1985 y dotada de Jerarquía Constitucional en 1994, con la reforma de la Carta Magna.
2. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer” (conocida como “Convención de Belem do Parà”, ratificada por ley Nº 24.632 de1996.
3. Informe de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, Naciones Unidas, Beijing, 1995. Cuarta conferencia mundial sobre la mujer. Acción para la igualdad, desarrollo y la paz
4. Conferencia Mundial de la Mujer. Viena 1993. Se establece que la violencia contra las mujeres es un asunto de Derechos Humanos y que los derechos de las mujeres
En el ámbito nacional, en congruencia con los instrumentos internacionales mencionados, podemos citar la Ley 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que se desarrollan sus relaciones interpersonales, sancionada en el año 2.009, que define los tipos y modalidades de violencia contra la mujer.
Vemos así, como la incansable lucha de muchas mujeres, comienza poco a poco a ver sus frutos.
En la actualidad hay temas que ya no pasan desapercibidos: entre ellos la interseccionalidad y el patriarcado.
Es importante hacer referencia al término “Interseccionalidad”, que nace en los años 70 en el seno del movimiento de mujeres Negras de los E.E.U.U.
Kimberle Crenshaw, jurista perteneciente al movimiento afroamericana, introduce este concepto para fines de políticas sociales, como por ejemplo, para poder identificar las dificultades especiales de las mujeres negras y pobres.
La interseccionalidad nos permite expresarnos plenamente y construir nuestras identidades en toda su complejidad. Debe ser pensada como el punto de partida que nos permita determinar los factores que generan desigualdad social, ya sea por ser pobre, por cuestiones de clase, por edad, por discapacidad, por falta de acceso a la educación, por etnia o por género. Cuantas más interseccionalidades tengo, más a disposición de un otro estoy.
Para referirme al patriarcado, voy a citar a Adriana Guzmán, quien lo define de la siguiente manera: “El patriarcado es el Sistema de todas las opresiones, de todas las discriminaciones y de todas las violencias que vive la humanidad y que se ha construido históricamente en el cuerpo de las mujeres. La humanidad aprende a explotar y lo reproduce en el cuerpo de las mujeres.” y ejemplifica: quien cuida de sus hermanos y ayuda a su madre en las tareas del hogar es la mujer; su cuerpo está a disposición de otra mujer; quien cuida a su abuela enferma es la mujer; quien cuida a sus hijos mientras el hombre sale a trabajar es la mujer, por supuesto que ese hombre no es quien se beneficia, el que se beneficia es su patrón o mejor dicho el sistema capitalista. El hombre también sufre opresión.
El patriarcado se vive en la vida cotidiana de las personas.
Así lo he vivenciado durante mi desempeño en el cargo de Directora de Niñez y Adolescencia del Municipio de Lobos, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Allí logré entender, cómo el patriarcado se sostiene por los trabajos de cuidado y de la feminización de la pobreza. Día a día me enfrentaba con situaciones de extrema vulnerabilidad social, madres de niños que estaban fuera del mercado laboral por ser pobres o por falta de acceso a la educación o por ser madres solteras o por sufrir violencia de género, etc.
En ciertas ocasiones también recurrían madres que sí estaban en el mercado laboral, pero los trabajos que realizaban eran de cuidado, de adultos mayores, de niños y adolescentes, de enfermos, etc. todos trabajos dentro del mercado laboral pero muy mal remunerados.
Esto lleva a pensar que, si sumamos recursos humanos femeninos al mercado laboral en trabajos de cuidados, disminuye la feminización de la pobreza, pero al mismo tiempo aumenta la pobreza, ya que ésta será el resultado de los ínfimos salarios que se perciban por una con alta carga horaria.
El servicio doméstico es una de las ocupaciones más desprotegidas, con mayor cantidad de mujeres sin ser registradas en el mercado laboral y con los salarios más bajos.
El trabajo no registrado es una irresponsabilidad colectiva y una violación de los derechos humanos.
Cuantificar y reconocer tareas de cuidado es responsabilidad del Estado, para lograr una Sociedad más justa.
El Estado tiene que diseñar políticas públicas de manera activa, para lograr revertir este proceso.
¿Qué ocurre cuando existen cambios en las partidas presupuestarias? Esto impacta negativamente proliferando entonces el trabajo mal remunerado o en la marginalidad.
No hay duda alguna respecto a que el Sistema patriarcal genera desigualdades sociales.
Podríamos pensar en una madre que intenta crecer profesionalmente, para lo cual necesitará que alguien cuide de sus hijos y ese alguien es otro, que es mujer, y que pone su cuerpo a disposición del sistema.
En este sentido, Diana Maffia nos refiere al feminismo radical “como marco, para pensar el patriarcado como Sistema de opresión, los controles sobre los cuerpos de las mujeres y la asignación de tareas domésticas y de cuidado como modos de explotación”.
Concluyendo, luego del recorrido histórico de los movimientos feministas, podríamos afirmar que género es deudor de los movimientos feministas de los años 60 y 70 que modificaron estructuras de pensamiento.
Los feminismos de los siglos XIX y XX y la gran diversidad de movimientos feministas de la actualidad, han construido y siguen construyendo un camino signado por la lucha continua en la incorporación de derechos en pos de la igualdad de género.
Habitar otros saberes permite tener una mirada amplia desde una perspectiva de género que nos facilite comprender que el otro es un ser distinto. Debemos permitirnos conocerlo, partiendo de la premisa que el otro es un ser singular y que no se lo puede definir como un ser universal.
Y en el final, tomo prestadas unas palabras de Diana Maffia (1): “ El feminismo que practico ( y la epistemología que lo sostiene) no nos invita a pasar de dominadas a dominantes, sino a luchar contra todas las formas de dominación”.
Y cerrar con Chimamanda Ngozi (2): “ La finalidad del feminismo simplemente es que deje de existir”
Verónica J. Jongewaard de Boer. Abogada . Mediadora. Especialista en Derecho de Familia. Violencia Familiar y de Género
Notas:
(1)Diana Helena Maffía (Buenos Aires, 19 de septiembre de 1953)3 es una filósofa argentina. Doctora en filosofía (UBA). Docente de grado y posgrado en UBA y Universidades nacionales e internacionales. Investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (UBA). Fundadora de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (1994 al presente) y de la Asociación Argentina de Mujeres en Filosofía (1987-1991). Dirigió proyectos de investigación, tesis de doctorado y maestría. Publicó varios libros y es autora de numerosos artículos. Se desempeñó como Defensora Adjunta del Pueblo (1998-2003) y como Diputada, ambas en CABA (2007-2011), siendo distinguida cada año con el premio “El Parlamentario” por su labor legislativa. Desde 2012 dirige el Observatorio de Género en la Justicia dependiente del Consejo de la Magistratura de CABA. Entre otros premios y menciones se destaca el Premio Dignidad, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (2001) y Medalla del Bicentenario del Gobierno de la Ciudad (2010).4 En 2019 fue nombrada doctora "honoris causa" de la Universidad Nacional de Córdoba.
(2) Chimamanda Ngozi Adichie. Autora nigeriana de diversas novelas premiadas que incide sobre la necesidad de usar referentes africanos en la obra que sale del continente, para evitar que las historias sólo tengan elementos occidentales. Chimamanda Ngozi Adichie nació en Nigeria, concretamente en la aldea de Abba. Es la quinta hija de un matrimonio de etnia igbo formado por Grace Ifeoma y James Nwoye Adichie Pasó su infancia en la ciudad de Nsukka, sede de la Universidad de Nigeria, en una casa que anteriormente había sido habitada por el célebre escritor nigeriano Chinua Achebe, autor por quien esta autora siente una gran admiración.
Su padre era profesor de estadística y su madre trabajaba también en la Universidad, como secretaria. A la edad de diecinueve años, Chimamanda Ngozi Adichie se trasladó a Estados Unidos con una beca de dos años para estudiar Comunicación y Ciencias Políticas en la Universidad de Drexel, Filadelfia.
Posteriormente continuó sus estudios en la Universidad Estatal del Este de Connecticut, en la que se graduó en 2001. También ha llevado a cabo estudios de escritura creativa en la Universidad John Hopkins de Baltimore y obtuvo un máster de estudios africanos en la Universidad de Yale.
En 2003, mientras se encontraba estudiando en Connecticut, publicó su primera novela, La flor púrpura (Purple Hibiscus), que fue muy bien recibida por la crítica y recibió el Commonwealth Writers' Prize for Best First Book en 2005.
La acción de su segunda novela, Medio sol amarillo (Half of a Yellow Sun, 2006), así titulada en referencia al diseño de la bandera de la efímera nación de Biafra, se desarrolla durante la Guerra Civil nigeriana. En 2007 esta obra, alabada, entre otros, por el escritor nigeriano Chinua Achebe, fue galardonada con el Orange Prize for Fiction.
En 2009 publicó una colección de relatos breves, titulada The Thing Around Your Neck.
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