Imposible es una palabra demasiado frecuente en nuestro vocabulario.
Por qué Imposible?
Por Marta Grañó
Tendemos a creer que es imposible cambiar las cosas. Somos demasiado proclives a pensar que el presente es el único estado posible de las cosas, que siempre van a ser igual, que nada va a cambiar… Y, sin embargo, todo cambia.
Conseguir cambiar algo nos parece tremendamente inviable… Es más fácil claudicar y pensar que es imposible hacer esas cosas que tú querrías, que no se puede, que no te dejan, que la vida es injusta, que el mundo es un desastre y que no hay quién lo cambie.
Fíjate en la cantidad de objetivos que se marca la gente y que quedan en un eterno “pendiente”, desde el más elemental “mejorar mi inglés” a temas de mucha mayor trascendencia como tener una vida más acorde con los propios valores o llevar a la realidad un proyecto que siempre te ha ilusionado. Lo escucho en mucha gente…
Parece que lo más frecuente es dejar esas aspiraciones en un cajón de temas en espera… parece que es muy difícil que una persona se atreva a hacer aquello que realmente quiere hacer.
Sin embargo, hay quien lo consigue, y hace lo que debe… y rema a contracorriente para hacer las cosas como cree que las debe hacer.
La vida te acerca, a veces, a personas extraordinarias. Esta semana, comida con el director general de una gran compañía del sector farmacéutico, que vive con las presiones típicas de un puesto de responsabilidad como el suyo. Y, sin embargo, las vive desde el compromiso por mejorar su organización y la vida de las personas que le rodean, algo admirable.
Compartir un poco de tiempo fue delicioso, tiempo para comentar temas interesantísimos, reírnos un rato y hablar de personas importantes, como la persona que nos presentó –Adriana es una persona especial, llena de energía y con una inteligencia interpersonal fuera de serie– o de personas a las que admiramos, como a Juan Carlos Cubeiro –no te puedes perder su blog diario–, un gran líder con la generosidad de compartir su conocimiento siempre con quienes le rodean, y de quién recordábamos algunas de sus frases que nos encantan, como “la virtud está siempre en el término medio» o «la diferencia entre bueno y tonto está en la frecuencia”.
Hacer lo que realmente quieres hacer puede parecer difícil, puede parecer imposible. Pero, en muchas ocasiones, es necesario reunir el valor necesario y atreverte a emprender el camino que tú deseas…
Emprender
Emprender es una actitud ante la vida.
Emprender no es sinónimo de crear una empresa.
Emprender es una actitud que nos lleva a las personas a convertir las ideas en realidad, a atrevernos a hacer aquello que queremos hacer, a adoptar una actitud proactiva ante los retos que nos surgen cada día, a ser la persona que queremos ser…
Convertir ideas en realidad
Las ideas son necesarias. Son la base de cualquier acción. Si no somos capaces de imaginar algo, no es posible hacerlo. La idea es el paso previo imprescindible. Ya hemos hablado de la importancia de la creatividad para desarrollar ideas que aporten valor.
Pero debemos ir más allá del mundo de las ideas. Debemos ser capaces de llevar las ideas a la práctica. Una idea siempre se podrá mejorar, no lo niego. Pero no se trata de tener la mejor idea del mundo, sino que se trata de llevarla a la práctica.
Si una persona tiene una buena idea y se dedica a darle vueltas, a mejorarla, a repensarla, a analizar todo lo que pueda tener relación con esa idea, pero sin atreverse a llevarla a la práctica, piensa con frecuencia en su idea, sabe que se trata de una buena idea, pero nunca encuentra el momento adecuado para hacerla realidad… ¿de qué le sirve esa idea?
Sin pasar a la acción, la idea no sirve de nada
Todos tenemos ideas. Pero es bueno recordar que, cuando yo tengo una idea, en un mundo con más de 7.500 millones de habitantes, existe una alta probabilidad de que la hayan tenido también otras personas.
¿Qué sucede con una idea? Una persona puede convertir una idea en un proyecto fantástico y de éxito. Y esa misma idea en la mente de otras personas, puede quedar en nada.
¿Qué marca la diferencia para que una misma idea se transforme en un éxito o no? La diferencia radica en la ejecución.
La forma en la que una persona lleva a la práctica esa idea es la que la convertirá en una realidad que funciona o no. Y eso aplica para cualquier idea, ya sea en el ámbito profesional o en el personal.
El hecho de pasar a la acción es determinante y, aunque parezca algo lógico, en la práctica muchas personas se encallan en esta parte de emprender una idea.
Es necesario buscar fórmulas que nos ayuden a materializar ideas, que nos impulsen a convertir en realidad la idea que hemos tenido. Desde las páginas de mi libro ¡Vamos!, te propongo tres fórmulas que impulsan a la acción, que han ayudado a muchas personas a ponerse en marcha de forma exitosa y de las cuales su eficacia está fuera de toda duda:
1 Empieza probando tu idea…, el planteamiento de Eric Ries
Este sistema de probar tu idea en el mundo real es la metodología denominada “lean startup” de Eric Ries. El método lean startup actualmente se aplica en las escuelas de negocios de todo el mundo. El objetivo es conocer lo antes posible si tu idea puede convertirse en un proyecto viable o no. Si no es viable, desecharla sin invertir ni demasiado tiempo ni demasiados recursos. En caso de que sea viable, ir haciendo modificaciones a la idea inicial para adaptarla a lo que realmente valoran los destinatarios de esa idea. La fórmula de lean-startup la podemos trasladar también a las organizaciones y a nuestra vida.
2 Practica el optimismo, Martin Seligman te explica por qué
El optimismo no es un sentimiento, sino un modo de actuar. Y ser optimista no es ser ingenuo. El optimismo no consiste en cerrar los ojos ante los problemas, sino que consiste en mantener una actitud consciente, voluntariamente positiva y constructiva.
El optimismo es la consciencia de la posibilidad
3 Aunque tengas miedo, házlo igual… El poderoso consejo de Susan Jeffers
Ante los cambios o ante la acción, sentimos miedo. El miedo es una emoción muy presente en nuestras vidas que nos impide hacer muchas cosas. Un paso muy importante para conseguir nuestro objetivo es atrevernos a vencer el miedo. Si no damos este primer paso… no seremos capaces de hacer lo que queremos hacer.
Vamos atrévete
Atrévete a pronunciar ese ¡Vamos!, es como un grito de guerra que llama a la acción, y la acción es lo que separa a alguien que tiene una idea de alguien que la lleva a cabo. Y justo de eso trata mi libro… de aplicar el espíritu emprendedor en la empresa y en la vida.
Nunca será el momento ideal para atreverte a hacer lo que quieres hacer, siempre quedará algún fleco por solucionar, siempre tendrás miedo de dar ese primer paso, siempre faltará algo… por eso, el momento perfecto es ahora –aunque no se den todas las circunstancias ideales–.
“A veces pienso que todos tenemos un cajón en nuestra cabeza, un cajón donde dejamos caer las ideas que se desechan por los motivos que sea, las iniciativas que ahogamos, los proyectos que soñamos (que solo soñamos), no sé… todo lo que no sale de nuestra cabeza. Sería interesante echar un vistazo a ese cajón, y probablemente un ejercicio emocionalmente duro ¿te lo imaginas?” Marta Grañó
Marta Grañó. IND21.Investigadora y divulgadora en Educación e Iniciativa Emprendedora. Conferencista, escritora. Es licenciada en Administración y Dirección de Empresas. Máster en Auditoría y Control de Gestión. Doctorado en Economía de la Educación.
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