Buena comida, buen vino, tiempo de confesiones de amigas. Y quiere arrancar ella. Tiene deseos o quizá necesidad de exteriorizar sus sentimientos. ¿ambiguos?, se interrogó.
EPÍLOGO CAP 14
Terminaba ese jueves con una reunión de posibles negocios para su revista. Y mientras repasaba sus labios y pestañas en el espejo, mirándose se pregunta… ¿qué hago acá? , algo como un hartazgo le robaba aire…; y se le venía la imagen de ellos dos hablando de otros, ella y Carlos, como una confesión, ridícula confesión. Y esa sensación como una…¿nostalgia? Silenciosa y larga, la oprimía, sentía esa sensación. Era sólo una nostalgia de aquél hombre? De cuál? No. También era de la oportunidad perdida. De la oportunidad como tal. De todas las oportunidades que había perdido, dejado pasar, evitado, o las que no habían llegado. Celos? … celos? esa sensación como rayos que apuntan únicamente a un solo punto… o eran dos? Habrá otras cosas que llenen, ahoguen tanto a una persona, como los celos? Estoy acá? No estoy? Tal vez es tarde ya?... tal vez… - DEL EDITOR -
Cap 15
Cosecha tardía
Por José Pepe Julia
Otra reunión de amigas, como todos los jueves. Esta vez en casa de Eugenia, que les anticipó que su marido le había regalado una caja de vinos. “Blanco dulce, cosecha tardía, como nos gusta a nosotras” les dijo por Whatsapp. Olga aprobó con un emoticón sonriente y Carla con un pulgar hacia abajo. No volvería a cometer la misma travesura de la semana pasada cuando el duende de los vinos se apoderó de todos sus sentidos.
Puntualmente se saludan y se abocan a finiquitar los últimos detalles de la revista “Orgullosamente Mujeres” que verá la luz el mes próximo, como vienen diciendo desde marzo. La poquedad del vestuario de la anfitriona hizo que las recién llegadas le protestaran con vehemencia amigable. Olga venía de un “Té Benéfico para Solventar a los que Menos Tienen” enfundada en un vestido tan caro que bien podría haberlo donado para la causa. Por su parte Carla, elegante como siempre, venía de una reunión con posibles clientes tan importantes como adinerados, en la cual hay que aparentar más de lo que se tiene. O de lo que se es en realidad. “Negocios son Bussines”, piensa castellanizando en algo, esa frase tan desprovista de humanidad. “Basta Carla” se dijo para sí. “Vamos a pasarla bien”. Eugenia descorcha una botella transpirada en frío y los halagos de sus amigas hacia el vino dulce la condicionan a tomar “Solo una copa”.
Ya sin los tacos aguja Olga y Carla equipararon en algo la comodidad localista de Eugenia. Llegaron a la cruda conclusión que los detalles para la publicación no eran tan insignificantes como suponían y que obligadamente tendrán que entregar con mayor antelación a la imprenta los textos bien definidos y las fotos bien escogidas. La diagramación es tarea de ellas y no del taller, como suponían. Después de sesudos cabildeos han decidido postergar el tan anhelado lanzamiento periodístico para después de las Fiestas en un principio, luego “repostergarlo” para cuando pase el verano. Conclusión que les permite sentarse más distendidas a la mesa. Han perdido la cuenta de copas desagotadas. Incluida Carla.
Buena comida + Buen vino= Tiempo de confesiones de amigas. Y quiere arrancar ella. Tiene deseos o quizá necesidad de exteriorizar sus sentimientos. “¿Ambiguos?” se interrogó.
Se animará a confesarles que aún siente celos de Luis. Pero celos constructivos, si es que los hay. Él seguramente estará tan enamorado de Gonzalo como ella de Carlos. Y eso le molesta... Luis fue (¿es?) el amor de su vida pero Carlos lo aventaja en ubiquidad mental. No sabe si alguna vez podrá perdonarle a Luis no ser el hombre que ella imaginó. Además extraña a horrores a Luisito, el perro que vino en el mismo paquete en el cual apareció Luis y que por “culpa” de la alergia a los pelos caninos de Carlos no pudo mimarlo más.
Está dispuesta a decirles que le crispan los nervios la relación que tiene Carlos con su madre. No porque sea tan invasiva, sino porque ella jamás la tuvo con la suya. Envidia sana, si es que existe... “Tan varonil para ciertas cosas y tan hijo de mamá para otras”, pensativa acomoda sus ideas. Y recuerda la sensación ambivalente que sintió cuando Carlos le comentaba el momento en que descubrió que Elsa además de ser su progenitora también desempeñaba el papel de mujer necesitada de amor.
Hoy se animará a revelarles que espera como una colegiala los avances seductores de Eduardo su insistente compañero de trabajo. Se siente importante y codiciada como mujer. Y sabe que nunca llegará más allá de un beso en la mejilla con comentarios entre picantes y casi románticos pero que le libera la cantidad justa de adrenalina para acariciar su lado femenino.
“Ambigüedad”, les va a decir que siente cuando Carlos le comenta algo que involucre a Luisa. Cree ver las mismas dudas que ella tiene con respecto a los “ex”. Sabe que Luisa corre con ventajas. Una hija es mucha ventaja. Más, sabiendo que ella por el momento tiene muy lejos la necesidad de sentirse madre.
Les va a contar la noche de anoche. Con Carlos y ella como protagonistas. De los pormenores de esa charla íntima previa a esa maratón de deseos y lujuria que invadió sus anatomías. ¿Se va a animar a desnudarse sentimentalmente delante de sus amigas como nunca lo hizo? ¿Por qué no? Ya es hora de ponerse a la altura de los secretos que desgranan Olga y Eugenia. Inclusive cuando no hay vino de por medio.
Les va a decir que anoche ella y él jugaron a ser sinceros.
Ella que siempre se mostró a medias, escamoteando emociones, hoy no sabe por qué, quiere asemejarse al vino que se va vaciando de su copa. Blanco y Dulce. Aunque sea Cosecha Tardía.
FIN…
José Pepe Juliá
Los Cuentos de Pepe 2018
"Porque sabemos agradecer a pesar de lo vivido.
Porque de todo comienza a hacer ya mucho tiempo.
Porque quien encontró el amor, no lo buscaba tanto.
Porque las cosas cambian.
Porque sabemos hacer del escapismo un arte.
Porque siempre queda espacio para nuevas libertades.
Porque emprendemos nuevos viajes extraordinarios.
Porque perdimos el equipaje con nuestras rutinas.”
LobosMagazine 2018
EDITOR: JOSÉ LUIS SAN ROMÁN