Las Emociones
Por Marta Graño
desde Barcelona, España
Realmente es complicado conocer quiénes somos. La pregunta la formula la psicóloga Laura Chica y deberíamos hacérnosla de vez en cuando. Crecemos sin conocernos realmente, qué queremos, qué nos hace felices…
Es curioso como cualquier proyecto o proceso que desarrollemos empieza siempre con la fase de autoconocimiento y, sin embargo, no lo apliquemos a nuestra vida personal. Es nuestra asignatura pendiente: conocernos.
En nuestro día a día, frenético (tal vez), encontramos tiempo para hacer mil cosas (tal vez) en el trabajo, la escuela de los hijos, algún hobby, ver amigos… pero no encontramos tiempo para escucharnos, conectar con nosotros mismos y descubrir qué tenemos adentro.
Te escuchas?
Escuchas a los demás, sabes lo que esperan de ti… pero, ¿Te escuchas? ¡Te conoces realmente? No nos enseñaron a conectar con nuestro propio mundo emocional. Y cuando te enfrentas a una situación complicada, te das cuenta de esta carencia. Creo que es ante las dificultades cuando descubres realmente a la persona que hay en ti, cuando descubres lo que no sabías de ti…
Los momentos de dificultad son los que nos permiten crecer, momentos en los que debes elegir cómo afrontar la situación… Y en esos momentos, vas y descubres que eres valiente. Porque es en medio del miedo cuando descubres que eres valiente.
Daniel Goleman puso de manifiesto la necesidad de profundizar en nuestra inteligencia emocional en su libro del mismo título, donde escribe:
“Hemos rechazado la biología de nuestros sentimientos, como adultos y como progenitores. Hemos rechazado el papel de los sentimientos en el desarrollo de nuestros hijos, y ahora estamos pagando el precio como personas, como familias y como sociedad”.
Autoconocimiento
Autoconocimiento e Inteligencia Emocional
“Darse cuenta de los propios sentimientos en el mismo momento en que estos se producen, constituye la piedra angular de la Inteligencia Emocional”. Dice Daniel Goleman
Daniel Goleman, el internacionalmente reconocido psicólogo por su obra sobre la inteligencia emocional, sitúa el autoconocimiento en la base de la inteligencia emocional.
El autoconocimiento es la primera aptitud de la inteligencia emocional. Parte de que, si tú no logras conocerte bien a ti mismo, a estar consciente de cuáles son tus fortalezas y tus debilidades, aprender a identificar tus estados de ánimo y las consecuencias que éstos pueden tener en tu comportamiento, difícilmente podrás controlar sus reacciones y utilizarlas productivamente. Tampoco podrás comprender bien el comportamiento de las personas que te rodean, identificar sus sentimientos y emociones, ni podrás actuar con efectividad en las relaciones interpersonales.
El autoconocimiento requiere parar y observar, sin juzgarnos, sin ponernos nota, simplemente hacer un “alto” y tomar conciencia, observar nos pone en contacto con el presente, el aquí y el ahora, nos hace tomar consciencia de lo que estamos sintiendo físicamente cuando afloran las emociones, tanto las agradables como las desagradables, ambas nos informan de los hábitos que necesitamos incorporar a nuestra vida, para que nuestro trabajo sea confortable y provoque esa sensación de bienestar y fluir que necesitamos sentir en nuestro interior.
Es importante reconocer nuestros propios sentimientos y emociones y cómo nos influyen. Es importante saber la manera en que nuestro estado anímico afecta a nuestro comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y cuáles son nuestros puntos débiles. Mucha gente se sorprende de lo poco que se conocen a sí mismos.
Según Goleman, el autoconocimiento, debemos atenderlo en tres etapas:
Cognitivo: lo que se procesa en el cerebro.
Fisiológico: la reacción en nuestro cuerpo.
Conducta: nuestros comportamientos.
Si logramos entender cómo funciona una máquina, más control tendremos sobre la misma. Igual sucede con el ser humano: en la medida que nos conozcamos mejor, más capacidad de autocontrol tendremos sobre nuestros pensamientos, emociones y comportamientos.
Seres emocionales.
Somos seres emocionales. Somos más emocionales de lo que creemos. Por ello, no podemos obviar las emociones en nuestra vida. Fingir que no pasa nada cuando nos pasan mil cosas por dentro.
Las emociones importan
Debemos ser conscientes de ello. Nos enseñan a vivir fuera, a cumplir las normas sociales, con lo que socialmente está bien visto. Pero también debemos aprender a vivir hacia adentro, conocernos, escucharnos, cuidar el lenguaje que utilizamos con nosotros mismos, querernos… No es egocentrismo, cuanto más abiertos estamos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás.
Lo que no sabía de mí
Cuando llegas a superar una etapa difícil de tu vida, descubre muchas cosas que no conocías de ti. Sólo cuando te caes y te cuestionas profundamente, comienza un proceso de descubrimiento interior y de transformación. Es muy probable que no seas la misma persona que eras hace un tiempo.
Con el tiempo, lo que antes era un abismo, ahora parece solo un desnivel. Y entiendes que hay personas que llegan a tu vida para hacerte feliz, para que te atrevas a vivir, para que te atrevas a conocer todo lo que no sabías de ti. ¡Y si la vida no es lo que te habían contado? ¡Y si eres capaz de sentir lo que nunca habías sentido antes?
Después de todo…
No te resistas,
Nada es para siempre
Salvo la Tierra y el Cielo
Se escapa
Y todo tu dinero
No comprará otro minuto
…Polvo en el viento
Todo lo que somos es polvo en el viento…
Don´t hang on
Nothing last forever
But the earth and sky
It slips away
And all your money
Won´t another minute buy…
…dust in the wind
All we are is dust in the wind…
Marta Graño; Investigadora y divulgadora en Educación. Conferencista y escritora, sobre temas de educación e iniciativas emprendedoras. Es Licenciada en Administración y Dirección de Empresas. Doctorado en Economía de la Educación. Barcelona, España.
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