Llegó de Francia para darse en Argentina de manera fenomenal, si bine sus aún escasas hectáreas cultivadas no muestran todo su potencial al gusto del consumidor.
Cabernet Franc otro boom argentino
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Vino Tinto
El cabernet franc es una de las variedades más plantadas en el mundo vitivinícola y con alto grado de popularidad en otros lugares; hace algunos años apenas que está creciendo el consumo en nuestro país, limitada por la poca cantidad de hectáreas implantadas en Argentina y muy bien promocionada por algunos enólogos que la han mezclado con malbec, logrando un tipo de blend que se ha impuesto.
Según el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) hay sólo unas 929 hectáreas de esta variedad en todas las regiones vitivinícolas argentinas, contra, por ejemplo las 15.355 de cabernet sauvignon, su familiar directo , y 40.400 del malbec, nuestra cepa insignia, que igual que el cabernet franc, llegó desde Francia para quedarse. Esta variedad es originaria de la región de Burdeos y del Valle del Loire.
El enólogo mendocino Alejandro Vigil, director enológico de Bodega Catena Zapata y responsable del reconocido vino El Enemigo, se refiere sobre su primer contacto con este varietal: “En mi primer viaje a Francia en una visita al Valle de Loire y Pomerol, descubrí dos mundos distintos para un mismo varietal, ahí comencé a entender lo que es la transparencia al terruño por parte del varietal, algo que también lo tiene el malbec. Pensemos que los cabernet franc de Loire son más cercanos a la familia del pinot noir, y los de Pomerol a un malbec, más pesados y concentrados. Lo interesante del cabernet franc es esa plasticidad justamente”.
“Si bien en Argentina algunos ya hablan del boom en el consumo de este varietal, otros son más medidos a la hora de opinar. Pero la preferencia por el cabernet franc se nota, por lo menos entre aquellos consumidores más entrenados”.
“La variedad tiene un buen presente porque en parte el consumidor argentino evolucionó y se anima a probar otras cosas; por otra parte los bodegueros dejaron de pensar que solo se puede hacer malbec bueno”, ha dicho también el sommelier Diego Salguero.
Vigil hace un análisis del presente de este varietal: “La verdad es que hay un boom, pero sobre todo en los conocedores de vino, en consumidores avanzados, y que exploran cosas nuevas. Tambié es cierto que no tenemos muchas posibilidades de crecer porque tenemos poca cantidad de hectáreas cultivadas, con lo cual se ha posicionado en una gama Premium a súper Premium, por lo que los volúmenes son aún pequeños. La posibilidad de tomar algo distinto, con la calidad que podría tener un gran malbec ayuda mucho a que elijan al cabernet franc como un sustituto, pero no creo que sea “el nuevo malbec”, porque se necesitaría un desarrollo 10 veces superior al actual”.
“El cabernet franc está siendo elegido por el consumidor porque si bien es una variedad rústica, es mucho más amable que el cabernet sauvignon y tiene una sedosidad que enamora. Es una variedad que sirve para la guarda de grandes vinos, contundentes al principio y muy finos después. He probado cabenet franc de 15 años y son una bomba”, grafica el enólogo Leonardo Quercetti de la Bodega Monte Quieto.
De esta manera, y aun tímidamente el cabernet franc va ganando adeptos y hasta ha levantado en el interés de los principales concursos a nivel mundial con importantes puntuaciones para las expresiones locales de la variedad e incluso para ediciones de prensa especializadas como Decanter, que lo rotuló como el “nuevo tinto estrella”.
“Es una cepa que la gente tiene muchas ganas de explorar. Los vinos son muy elegantes y últimamente se pueden conseguir vinos 100% franc a muy buen precio. Creo que el potencial de crecimiento para esta cepa es enorme. Siempre el malbec va a ser la Insignia de Argentina, pero el cabernet franc aún tiene mucho para dar”, sostiene Fernando Gabrielli, de Relator Wines.
Mendoza le ha dado una importante morada para desarrollarse, tiene condiciones para ello. Le está aportando renovación al varietal, aparece como un compañero fiel al malbec, una alternativa a un consumidor habitual. “Mendoza da la posibilidad de probar cuatro cabernet franc totalmente distintos dependiendo del lugar donde está cultivado y eso en definitiva ayuda a incrementar la curiosidad de los consumidores y los nuevos que lo empiezan a conocer. El malbec es novedoso y sólo el 2,5% de los consumidores lo conocen en el mundo, con lo cual nos puede ayudar como región entrar con el cabernet franc para que luego conozcan nuestros malbec y nos tengan confianza. Hoy estamos explorándolo, yo personalmente trabajo mucho con el corte malbec-cabernet franc, tenemos que descubrir cuál es el blend que va a identificar cada zona, eso nos va a llevar muchos años, yo digo que el terroir es la experiencia centenaria de cultivar y elaborar la uva de un determinado lugar, esa experiencia es la que nos va a determinar con que se va a mezclar”, dice Alejandro Vigil.
Un todo terreno
Al igual que en Francia, es una variedad de amplios bemoles, muy noble, excelente como varietal y como componente de cortes de larga guarda.
“El cabernet franc de zonas altas, esos más frescos, con mayor acidez, más punzantes, van bien para nuestros típicos asados, quesos potentes, todo aquello que necesita ser acompañado de algo que “limpie” la boca. Los de zonas más cálidas, donde hay peso, concentración más alcohol, van muy bien con guisos, empanadas, platos contundentes, comidas de invierno”, aconseja Vigil.
Por otra parte también apunta Diego Salguero: “La variedad se usaba mucho para hacer blends por su estructura y color, y ahora, al animarse a hacerlo 100% varietal, se dieron cuenta de la calidad y lo bien que evoluciona este vino. Se adapta a diferentes suelos y climas y logra grandes vinos para consumirse jóvenes y con un potencial evolutivo muy bueno. Creo que los platos invernales van sin dudarlo mejor que cualquier otra cosa, lo sugiero para el asado, pero las carnes con cocción le van bien. Hasta si no tiene paso por barrica, me animaría a un pescado de río con buena grasa en boca”.
El futuro del cabernet franc argentino está a la vuelta de la esquina y seguro es enorme. Se está plantando, trabajando y promocionando mucho por parte de las bodegas. Es una variante para la gama alta-media y alta, muy interesante con oportunidades de entrar a mercados nuevos, como un varietal mucho más cercano a lo que el mundo consumidor de vinos conoce.
Un vino con colores rojos maduros, a veces con notas amarronadas muy interesantes. Con aromas frescos y acidez frutal. Aromas florales y también minerales; donde el paso por barrica le aporta esos aromas tostados. Con notas frutales y taninos dulces bien presentes; donde también la madera le aporta redondez. Tenemos, que en líneas generales son vinos muy elegantes y cuando se cortan con otra variedad, como cabernet sauvignon o merlot, otorgan una interesante estructura y complejidad que le dan una importante personalidad.
S. Pérez Dacuña e INV