Cómo reconocer un ataque de ansiedad
Por K. Davis
La ansiedad puede ocurrir cuando una persona teme que algo malo vaya a pasar. No es un término médico que hace referencia a un sentimiento de temor o preocupación que a menudo se relaciona con un problema o inquietud en particular.
La ansiedad se ha relacionado con el estrés. Además de sentimientos de miedo y preocupación, a menudo implica síntomas físicos, como tensión muscular.
Es diferente de un ataque de pánico, que es un síntoma del trastorno de pánico. La ansiedad a menudo se relaciona con un evento o situación específica, aunque no siempre es así.
Mientras tanto, un ataque de pánico puede ocurrir sin ningún desencadenante específico y los síntomas son mucho más graves que los síntomas de la ansiedad.
Sin embargo, si los niveles de estrés y ansiedad continúan durante mucho tiempo, pueden desarrollarse más problemas.
Datos rápidos sobre la ansiedad
Un ataque de ansiedad por lo general implica el temor de algún suceso o problema específico que pueda ocurrir.
Los síntomas incluyen preocupación, inquietud y posiblemente síntomas físicos, como cambios en la frecuencia cardíaca.
La ansiedad es diferente de un ataque de pánico, pero puede ocurrir como parte de un trastorno de ansiedad o pánico.
La diferencia entre un ataque de ansiedad y un ataque de pánico
La ansiedad puede ser un síntoma de pánico, pero es diferente a un ataque de pánico.
¿Cuáles son las diferencias?
Los exámenes y el estrés laboral pueden provocar ansiedad.
Estas son algunas de las características que los distinguen:
Un ataque de ansiedad, o ansiedad:
Puede tener un desencadenante específico, como un examen, problemas en el lugar de trabajo, un problema de salud o un problema de relación.
No es una condición diagnosticable.
Es menos grave que un ataque de pánico.
Generalmente se desarrolla gradualmente cuando una persona se siente ansiosa.
Implica síntomas físicos, como un corazón acelerado o un “nudo en el estómago”.
Un ataque de pánico:
No tiene un activador específico.
Puede ser un síntoma de trastorno de pánico, una condición diagnosticable.
Tiene síntomas severos.
Puede suceder si una persona se siente tranquila o ansiosa.
Implica síntomas físicos y sentimientos de terror tan intensos que la persona teme una pérdida total de control o una muerte inminente.
A menudo ocurre de forma repentina e inesperada y dura entre unos minutos y una hora, aunque el impacto negativo puede continuar.
El término “ataque de ansiedad” no figura en el Manual de diagnóstico y estadística de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), quinta edición (DSM-V) (*)EL DSM es el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales); es una publicación realizada por la Asociación Americana de Psiquiatría que sirve de referencia/guía para gran parte de los profesionales sanitarios en el diagnóstico de trastornos mentales.
Diferencia en los síntomas
Tanto el pánico como la ansiedad pueden implicar miedo, palpitaciones o latidos acelerados, aturdimiento, dolor en el pecho, dificultad para respirar y pensamientos irracionales.
Sin embargo, en un ataque de pánico, estos son mucho más severos. La persona puede creer genuinamente que va a morir.
Es más probable que una persona requiera atención médica si tiene un ataque de pánico que si tiene un ataque de ansiedad.
Diferencias en cómo empiezan
La ansiedad puede ser una respuesta a una preocupación o miedo específico. Tiende a desarrollarse gradualmente, y la persona suele estar preocupada o preocupada desde el principio. Puede ser leve, moderada o grave. Puede haber una sensación de que si solo se puede resolver este problema, todo estará bien.
Un ataque de pánico puede ocurrir sin previo aviso y no hay forma de prevenirlo. Puede ocurrir ya sea que una persona se sienta tranquila o ansiosa, e incluso durante el sueño. A menudo no hay una causa obvia y el nivel de miedo no guarda proporción con el desencadenante. De hecho, según la APA, la reacción no tiene relación con la situación.
Diferencias en la duración
La ansiedad a menudo está relacionada con una situación específica. Tiende a acumularse y continuar durante algún tiempo.
Un ataque de pánico comienza repentinamente, los síntomas alcanzan su punto máximo después de 10 minutos y generalmente desaparecen después de 30 minutos, aunque los efectos pueden durar más. La ansiedad generalmente no alcanza su punto máximo de esta manera, pero algunas personas con ansiedad pueden progresar a ataques de pánico.
¿Puede la ansiedad llevar al pánico?
Una persona que tiene trastorno de pánico puede experimentar ansiedad de que va a tener un ataque de pánico. La incertidumbre sobre si ocurrirá un ataque o cuándo ocurrirá puede generar ansiedad entre los ataques.
Para una persona con trastorno de pánico, la ansiedad puede desencadenar un ataque de pánico. El miedo a tener un ataque de pánico puede afectar el comportamiento y la capacidad de la persona para funcionar en la vida diaria.
La APA sugiere que puede haber un factor biológico subyacente al trastorno de pánico, pero los científicos aún no han identificado un marcador específico.
Síntomas de ansiedad
Los síntomas de la ansiedad incluyen:
Preocupación y aprensión
Inquietud
Problemas para dormir
Dificultad para concentrarse
Irritabilidad
Tristeza
Sintiendo presión y apurado
Los síntomas físicos incluyen:
Cambios en la frecuencia cardíaca
Tensión en la cabeza o el cuello
Dolor de cabeza
Náuseas o diarrea
Transpiración
Boca seca
Opresión en la garganta y dificultad para respirar
Temblor
Sensación de desmayo
No todos los casos de ansiedad incluirán todos estos síntomas. La ansiedad puede ser leve, moderada o severa, según el desencadenante y cómo reacciona la persona.
Ante un examen, por ejemplo, algunas personas pueden sentir un poco de aprensión, mientras que otras pueden experimentar todos los síntomas anteriores.
Por lo general, cuando pasa el peligro o el peligro percibido, los síntomas desaparecen.
La ansiedad que continúa durante mucho tiempo o que se desencadena por eventos específicos puede ser un signo de otro trastorno, como el trastorno de ansiedad social.
Causas
La ansiedad a menudo resulta del estrés o de sentirse abrumado.
Las causas comunes de la ansiedad incluyen:
Presión de trabajo
Presión financiera
Problemas familiares o de relaciones
Divorcio, separación o duelo
Preocupaciones sobre la paternidad o ser un cuidador.
Problemas para hacer frente a cuestiones administrativas o tecnológicas.
Situaciones cambiantes de la vida, como mudarse de casa o cambiar de trabajo.
Movilidad reducida o función física
Pérdida de la función mental, por ejemplo, memoria a corto plazo.
Tener un diagnóstico de una condición de salud crónica, como esclerosis múltiple (EM), diabetes y otras.
También puede estar relacionado con otro factor o condición de salud, como:
Fobia social u otra fobia
Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Factores genéticos
Estrés importante o susceptibilidad al estrés
Cambios en el cerebro
Un historial de abuso de drogas o alcohol
Uso excesivo de cafeína
El uso de algunos medicamentos
Una experiencia traumática reciente o pasada
Los desencadenantes de la ansiedad podrían incluir:
Hablar en público
Exposición a un disparador de fobia
Miedo a tener un ataque de pánico
A veces, la ansiedad también puede provenir de un trastorno psicológico.
Tipos de trastorno de ansiedad
Hay varios trastornos de ansiedad clasificados diferentes. Cada uno presenta diferentes tipos de síntomas que pueden, en algunos casos, ser desencadenados por situaciones específicas.
Trastorno de pánico (TP): implica al menos dos ataques de pánico acompañados del miedo constante a futuros ataques. Las personas con trastorno de pánico pueden perder un trabajo, negarse a viajar o abandonar su hogar, o evitar por completo cualquier cosa que crea que desencadenará un ataque de ansiedad.
Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): Este es un estado constante de preocupación por una serie de eventos o actividades en la vida de las personas.
Trastorno fóbico: se caracteriza por un miedo incapacitante e irracional a un objeto o situación, por ejemplo, miedo a las arañas o a los espacios abiertos (claustrofobia). La mayoría de los adultos con trastorno fóbico son conscientes de que su miedo es irracional.
Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): esta condición se caracteriza por pensamientos repetidos no deseados (obsesiones) y comportamientos (compulsiones).
Complicaciones
La respuesta que conduce al estrés y la ansiedad está diseñada para ayudarnos a sobrellevar las situaciones difíciles que surgen temporalmente.
La adrenalina es la hormona involucrada en la respuesta de lucha o huida. Una liberación repentina de esta hormona prepara al cuerpo para huir del peligro o para enfrentarlo físicamente.
En condiciones normales, los niveles de adrenalina vuelven rápidamente a la normalidad una vez que se elimina el miedo. Sin embargo, si la ansiedad continúa y los niveles de adrenalina se mantienen altos, pueden surgir más problemas.
El estrés y la ansiedad persistentes pueden conducir a otros problemas, tal como:
Depresión
Un trastorno de ansiedad
El estrés continuo se ha relacionado con problemas con los sistemas inmunológico, digestivo, del sueño y reproductivo.
Los problemas de salud física que pueden surgir incluyen:
Resfriados e infecciones frecuentes
Enfermedad del corazón
Alta presión sanguínea
Diabetes
Es importante tomar medidas o buscar ayuda para reducir el estrés y la ansiedad si se vuelven abrumadores o persistentes.
Es importante tomarse un tiempo para relajarse.
Los consejos para manejar el estrés y la ansiedad incluyen:
Conozca las señales: si sabe cuándo reconocer las señales de que está estresado o demasiado ansioso, es posible que pueda tomar alguna medida. Los dolores de cabeza, la incapacidad para dormir o comer en exceso pueden ser signos de que es hora de tomar un descanso o pedir ayuda.
Conozca sus factores desencadenantes: si puede aprender a reconocer lo que lo hace sentir ansioso, es posible que pueda tomar medidas. ¿Quizás ha asumido demasiadas tareas? ¿Puedes pedirle ayuda a alguien? ¿El café o el alcohol lo empeoran? Considere la posibilidad de reducir.
Dieta: un estilo de vida ajetreado puede resultar en demasiada comida rápida o muy poco ejercicio. Trate de hacer tiempo para sentarse a comer una comida saludable o llevar un almuerzo casero con muchas frutas y verduras frescas a la oficina, en lugar de tomar una hamburguesa.
Ejercicio: Sentarse por largos períodos frente a la pantalla de una computadora o mientras conduce pasa factura. Intente tomar un descanso de 30 minutos y salga a caminar al día para aumentar su sensación de bienestar.
Aprenda algunas técnicas de relajación: la respiración del yoga, la meditación y otras estrategias pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Existe alguna evidencia de que el uso de la aromaterapia puede ayudar a reducir el estrés, aunque se necesita más investigación.
Pruebe una nueva actividad: la música, la meditación, la jardinería o unirse a un coro, yoga, pilates u otro grupo pueden aliviar el estrés y distraer su mente de sus preocupaciones por un tiempo. Es posible que conozca a personas con inquietudes similares con las que pueda compartir sus sentimientos.
Relacionarse más y mejor: pase tiempo con amigos y familiares, o encuentre un grupo donde pueda conocer a otras personas, por ejemplo, como voluntario o uniéndose a un grupo de apoyo. Es posible que descubra que pueden brindarle apoyo emocional y práctico, además de distraer su mente del problema en cuestión.
Establezca metas: si se siente abrumado por problemas financieros o administrativos, por ejemplo, siéntese y haga un plan. Establezca objetivos y prioridades y márquelos a medida que los resuelva. Un plan también lo ayudará a decir “no” a solicitudes adicionales de otros para las que no tiene tiempo.
Tratamiento
Las opciones de tratamiento para la ansiedad y problemas relacionado incluyen:
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
Medicamentos, como algunos tipos de antidepresivos
Grupos de apoyo para personas con condiciones específicas
Cualquier persona que se sienta abrumada por el estrés o la ansiedad debe consultar a un profesional de la salud para recibir asesoramiento. Obtener ayuda a tiempo puede ayudar a prevenir que surjan otros problemas.
Kathleen Davis
Para MNT Medical News Today
Revisado médicamente por Timothy J. Legg, PhD, PsyD — Escrito por Kathleen Davis, FNP —
El Dr.Timothy Legg está certificado por la junta como enfermero practicante de salud mental psiquiátrica y geriátrica y también es psicólogo autorizado. Se graduó de Touro College en Nueva York con un doctorado en investigación y educación en ciencias de la salud y de California Southern University en Irvine, CA, con un doctorado en psicología clínica. Actualmente es profesor universitario y clínico en práctica privada. Está certificado en consejería sobre adicciones, salud pública, educación para la salud y también es enfermero registrado certificado en SIDA.
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Kathleen Davis, Nueva York, donde, Dipl enfermera familiar en el entorno psiquiátrico Articulista especializada. Autora del libro electrónico Hepatitis C Quick Start: A Guide for the Clinician, para el cual actualmente está trabajando en una segunda edición.
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